Con vista al mar
Tres meses después de que Sergio Lemos fue asesinado por un policía, la vida sigue en Santa Catalina, ese barrio pegado al Cerro, con aire de pueblo y la playa más contaminada de la ciudad.
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SEBASTIÁN CABRERA01 feb 2014
Hay algo que recuerda a los morros brasileños.
Es probable que sean las calles, en bajada, que se hacen cada vez más
angostas a medida que uno avanza y allá al final se convierten en
pasajes y mueren en una pequeña playa de puntas rocosas. O la
vegetación, bien verde, y el vecino parque de Punta Yeguas, que le dan
al lugar un toque bastante agreste. También ayuda el cielo plomizo, y
una humedad insoportable, que anuncian que se viene tormenta. Esto
podría ser un morro brasileño pero el agua amarronada del Río de la
Plata indica que estamos en Montevideo.
Es Santa Catalina, en el oeste y a cinco minutos en auto del Cerro.
Con 5.731 habitantes según el último censo, esta zona
ha crecido en las últimas décadas y es muchas cosas al mismo tiempo. Es
una extensión natural del Cerro. Pero no es el Cerro: es un barrio con
identidad propia, cierto aire de pueblo y un ritmo cansino. Y es un
barrio bastante politizado donde desde hace mucho gana el Frente Amplio.
Es un feudo del MPP pero los grupos radicales de izquierda también
tienen cierto peso.
Ahora, además, el barrio está asociado a la crónica
roja después del asesinato de Sergio Lemos, en la noche del 4 de
noviembre. El muchacho, de 19 años, iba en su moto y un policía le
disparó. Esa noche se había dispuesto un gran operativo policial tras
una rapiña a un almacén. Lemos no estaba armado ni había participado en
el robo. Igual le dispararon.
Pero Santa Catalina también es balneario con playa y todo.
Allá mar adentro pero no muy lejos se ve una de las
dragas de la obra de la regasificadora de Puntas de Sayago, que extrae
material del río. Hacia el oeste, el edificio de la vieja fábrica textil
Pedro Ferrés y compañía, hoy abandonado.
La arena está húmeda. Una cañada baja en el medio de
la playa, otras en los costados. Lo que arrastran estos arroyitos son
las aguas servidas de cientos de hogares de Santa Catalina. Por eso, la
bandera en el puesto de guardavidas es roja con una cruz verde en el
medio; eso significa que la playa está contaminada. Y está contaminada,
se supone, por esas aguas servidas que llegan desde las casas. La
situación ha empeorado en los últimos veranos. En Santa Catalina muchos
no tienen pozo negro y también abundan los "robadores", esos cañitos que
tiran el agua a la calle. Resultado: todo va a la playa.
Algunos vecinos dicen que el dragado de la
regasificadora ha removido todo y que tiene su influencia en la
contaminación. Pero la teoría no está comprobada: lo que hay son
coliformes fecales, y eso a priori no tiene mucha relación con los
sedimentos que se remueven en el mar. También hay quienes dicen que hace
cinco años el centro comunal arregló la caminería de Santa Catalina e
hizo unas zanjas profundas, que funcionan tan bien que han colaborado en
arrastrar todas las aguas servidas hacia la playa.
Gerardo Palacios, un vecino que tiene su rancho
frente a la playa y una llamativa cabellera rasta, está convencido que
eso es así. En el comedor del rancho, Palacios muestra fotos y hace
dibujos en un papel, se desespera por intentar convencer que aquella
obra tiene una gran influencia en la contaminación de la playa. "Yo te
la llevo que la gente tiene su culpa", dice, "pero fijate que con esta
canalización confluyen todas las cañadas en la playa".
Una fuente de la Intendencia de Montevideo, que pide
no ser identificada, le da algo de razón: aquella obra agravó la
situación, al igual que el aumento en la población de la zona. La única
solución es que llegue el saneamiento a Santa Catalina. Pero para eso
falta bastante: no está previsto que suceda antes de 2020, según la
información que manejan los concejales vecinales del barrio. Y las
muestras de agua que ha tomado la intendencia han dado resultados
alarmantes. Esta temporada, la playa de Santa Catalina ha tenido una
media de 1.867 coliformes fecales cada 100 mililitros, cuando lo máximo
permitido es 1.000 coliformes y la mayoría de las playas montevideanas
tienen valores por debajo de los 200. Además, algunos registros han sido
peligrosamente altos: el 4 de enero había 16.834 coliformes cada 100
mililitros y la semana anterior 9.385 coliformes.
Es mucho. Por lejos, es la playa más contaminada de
Montevideo. La falta de saneamiento es uno de los dramas de Santa
Catalina. Pero no el único.
Al agua.
Lunes, cuatro de la tarde. Walter y su hijo Mateo
vinieron en el 124 desde el Cerro. Están tirados en la arena al lado de
la orilla. Walter escuchó algo de la contaminación de la playa pero no
cree mucho y dice que el agua se ve limpita. Ellos vienen todas las
semanas y nunca se enfermaron. Walter dice que el agua de la playa del
Cerro tiene que estar mucho más sucia que esta y que además allá no se
puede estar tranquilo. "Por el malandraje", explica.
En Santa Catalina los fines de semana viene mucha
gente, pero hoy -que está nublado y es día de semana- pueden disfrutar
de la playa casi exclusivamente para ellos.
"Yo le digo a Mateo que cierre la boca y ya está",
dice Walter. "¿Me explico?", pregunta. Y después le ordena a su hijo
que, si se quiere bañar, lo haga ya, porque se hace tarde y hay que
volver a casa. En la otra punta de la playa, unos muchachos juegan un
picado. Otros prefieren ir a la vecina playa de Punta Yeguas, que no
está contaminada, pero para eso hay que caminar unos 300 metros por la
arena.
En la primera semana de enero la Intendencia de
Montevideo retiró la escuela de canotaje que funcionaba allí y dejó de
enviar a profesores de educación física. El servicio de guardavidas se
mantiene, porque la gente se baña igual, a pesar de la recomendación de
no hacerlo.
De hecho, hace poco dos niños se ahogaban y los
guardavidas, un varón y una chica, entraron a rescatarlos. Al día
siguiente, ella empezó con un fuerte cuadro de gastroenterocolitis que
le duró varios días. Su compañero Santiago cuenta la historia y dice que
ellos no pueden dejar de actuar. Pero es un riesgo para su salud.
Lo de Zabalza.
"Allá vive el tambero", dice una almacenera que
tiene su negocio en el pasaje No me olvides. Y señala una casa que está
justo atrás de la casilla de los guardavidas y al lado del rancho de
Palacios, el vecino rasta.
La casa de Jorge Zabalza está enrejada, tiene
postigones de madera y adentro dos perros que ladran cuando alguien
pasa. Es, sin dudas, una de las casas más lindas de la zona costera de
Santa Catalina. Esta zona es llamada despectivamente como "el cante" por
algunos de los que viven más arriba. Zabalza es el vecino famoso en la
zona sur, de calles angostas, en picada y una casa casi arriba de la
otra. Los ranchos son humildes, pero -eso sí- dignos. En la zona norte
hay casas algo más señoriales o, al menos, más de balneario. En esa
zona, más acomodada, el vecino famoso es Luis Rosadilla, exministro de
Defensa. Zabalza y Rosadilla, viejos compañeros del Movimiento de
Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T) y hoy rivales en la política,
viven a unas siete cuadras de distancia. Pero, si se cruzan, ni se
saludan. Se ignoran.
De chancletas, bermuda en tonos grises y remera
naranja, Zabalza abre el portón de su casa e invita a pasar. "Esto antes
era una playa de verdad, había médanos", se queja. Ahora no se ve
ningún médano frente a su casa. Se acomoda el pelo, tiene cara de
dormido ("anoche hacía mucho calor, costó dormir", dice) y entra al
garaje, donde está su Volkswagen Gol.
Zabalza se instaló en la zona más o menos hace 25
años. Al regreso a la democracia el comité ejecutivo del MLN había
decidido "insertarse" en los barrios humildes y eligió esta zona.
Después le gustó y se quedó. Hasta puso una carnicería, que luego
vendió. Hoy vive con su esposa Veronika, hija de Henry Engler, también
tupamaro y rehén de la dictadura. De 70 años, Zabalza dedica buena parte
de su tiempo a escribir. Ahora está preparando un libro sobre la
historia reciente.
Zabalza se sienta en una mesa en el garaje y
enseguida se pone a hablar de todo lo que rodeó a la muerte de Lemos,
que define como "una tragedia tremenda, una violencia desmedida de la
Policía".
Cuando él habla, se sabe, no solo habla un vecino de
Santa Catalina. Habla también un político, un férreo opositor al
gobierno. Dice que le llama la atención la "ausencia de los
representantes del gobierno que viven acá", a quienes él les preguntaría
qué hicieron y qué hacen para evitar la violencia policial contra los
jóvenes, "que no tienen un lugar dónde estar" y por eso pasan las horas
en la plaza o en las calles. Se refiere, en concreto, a Rosadilla y a
Graciela Garín, ex edil del MPP, ahora en la Intendencia.
Pero Zabalza también dice que la muerte de Lemos
opacó otras tragedias, menos graves. Como la de Hernán, un amigo de
Lemos apaleado por los mismos policías y detenido varios días. La de
Lorena, una muchacha que también fue golpeada por los policías en la
cabeza. Y la de Graciela Ríos, "la Perica", la almacenera robada aquella
noche, culpada al principio por "los gurises" por haber llamado a la
Policía. Hasta le tiraron un cóctel molotov en el techo del almacén.
Zabalza dice que ahí los muchachos se equivocaron, porque además su
testimonio fue determinante en el procesamiento del policía.
Una consecuencia de la tragedia, según Zabalza, es
una notoria baja en la presencia policial desde aquel momento (de hecho,
Qué Pasa visitó la zona dos días distintos y no vio un solo policía). Y
Zabalza también dice que la Guardia Republicana, que antes "provocaba" a
los jóvenes y hacía el "222" atrás de los ómnibus, hoy ya no entra a
Santa Catalina.
Ómnibus y robos.
La terminal está en el centro, a tres cuadras de la
costa. En verano allí se baja la gente que viene a hacer playa desde
otros barrios como el Cerro, La Teja, Belvedere y Nuevo París.
Ni el inspector ni los choferes de los ómnibus
quieren hablar de lo que pasó después del 4 de noviembre ni de la
seguridad en el barrio. Uno de ellos, que no da su nombre, sí dice que
robos y arrebatos hay, "y a veces a mano armada".
A unas cuadras de allí, un comerciante cercano al
almacén de Perica, el que fue robado aquella noche, opina que el
problema es "el malandraje" que viene desde otras zonas a hacer playa en
Santa Catalina. Y que, al atardecer, hace de las suyas. "Un boleto
barrial sale 10 pesos y eso complica", dice, y pone cara de resignado.
Sin embargo, si uno camina por las calles de Santa
Catalina no percibe un clima de inseguridad ni sensación de peligro. Al
menos durante el día.
En la calle Víctor Hugo, casi frente al almacén de
Perica, está la escuela 309. En uno de sus muros, se lee: "No somos ni
los mejores ni los peores. Somos distintos". Por ahí una gallina y unos
pollitos picotean el piso, en busca de comida. Y, en un cordón, Danilo y
Jonathan, dos muchachos que no llegan a los 20 años de edad, terminan
de fumar un porro frente al almacén y, por lo tanto, al lado del sitio
donde le dispararon a Lemos.
Ellos dicen que lo conocían. Que "el botija" era muy
bien y trabajaba con su padre en la barraca. Señalan un charco de agua
en la esquina y dicen que sobre ese charco Lemos aceleró y entonces el
policía le disparó sin más. Lemos cayó.
Danilo y Jonathan se ríen de a ratos. Dicen, casi a
coro, que es una injusticia que haya un solo policía preso, que otros
también son cómplices. Dicen que la Justicia es injusta. Dicen, también,
que los que robaron no eran de Santa Catalina, que todos saben eso muy
bien.
Vecinos
A Willman Pereyra lo conocen como Kiko. Tiene 53
años, es militante del MPP y concejal vecinal del barrio. Además, es
empleado de una empresa de instalación de sistemas anti incendios pero
hace unos días lo enviaron al seguro de paro, porque hay poco trabajo.
Pereira vive cerca de lo de Rosadilla, en la zona norte de Santa
Catalina, donde se mezclan las casas típicas de balneario con otras más
humildes y también algunos comercios. En una casa se anuncia que venden
nafta y en otro comercio hay "tragamonedas y cigarros". Por ahí también
hay un local de los Testigos de Jehová.
La casa de Rosadilla tiene rejas azules y las
persianas bajas, porque el ex ministro salió. Y está frente a Punta
Yeguas, el enorme parque verde al oeste de Santa Catalina. Pereyra, el
concejal, elige las mesas ubicadas a la entrada de ese parque para
charlar sobre el barrio, al cual se mudó en 2005. Antes vivía en Cerro
Norte.
Para él, Santa Catalina sigue siendo como un
pueblito del interior. Dice que los gurises fuman un porro y toman vino
en la plaza pero no molestan a nadie. Que lo único que hacía Lemos era
andar con la moto de arriba para abajo, haciendo ruido. Que la Policía
se iba de mambo "muy seguido" y que lo del 4 de noviembre fue la gota
que desbordó el vaso.
Al rato llega "la Chonga", otra concejal, también
frenteamplista y de 69 años. Se llama María Mercedes Mathías y la
acompaña Marta Fleitas, quien se presenta como "mano derecha de Chonga".
Y los tres se ríen. Ellas dos trabajan en un taller donde fabrican
túnicas para empresas. Además, proyectan abrir un merendero para niños y
adolescentes. Y, cuando pueden, agarran el termo y el mate y salen a
hacer recorridas nocturnas, para ver qué está haciendo la muchachada. Es
una suerte de control, por fuera de la Policía. "A veces son las cuatro
de la mañana y seguimos de ronda", dice Fleitas. Y explica que Lemos no
era "ni un malandro ni un rastrillo ni un drogadicto".
Durante los días siguientes a la muerte de Lemos
hubo un clima de indignación popular y tensión en Santa Catalina.
Fleitas admite que "los gurises" no son todos inocentes y que muchos
apedreaban los coches de la policía; algunos lo siguen haciendo. Mathías
le quita importancia y dice que "eso es rencor de algunos de ellos, por
el dolor de haber perdido al amigo".
Dicen, también, que hubo actitudes violentas de los
policías, que "provocaban a los jóvenes". Y hubo piquetes, quemaron una
comisaría móvil y los ómnibus dejaron de entrar al barrio durante unos
días.
Además de la actuación policial y la falta de
saneamiento, los concejales afirman que el menú de problemas de Santa
Catalina incluye la ausencia de lomos de burro y veredas, una
sobrepoblación de ratas y los chiquilines en las motos de noche, que
hacen ruido y van en una rueda sola, eso que llaman "willy", dice la
concejal. Pero luego aclara que los que hacen eso "no son de acá".
El "no son de acá" es algo que se repite casi cada vez que quieren señalar algo malo en Santa Catalina.
En su rancho frente al mar, Zabalza, en cambio,
había dicho un rato antes que el problema principal del barrio no son
las ratas ni las motos, sino que la mayoría de la gente gana menos de
14.000 pesos al mes. Son pobres.
La base yanqui
La policlínica, en la entrada de Santa Catalina, es
una de las mayores contradicciones de un barrio muy identificado con la
izquierda.
Porque esta policlínica, al igual que dos gimnasios,
fue donada por el comando sur de Estados Unidos, en coordinación con el
Ministerio de Defensa. Cuando en 2006 se anunció la inversión, algunos
dirigentes de la izquierda, entre ellos el general retirado Víctor
Licandro, alertaron que esto podría ser la antesala de la instalación de
una base militar de Estados Unidos en esta zona de Montevideo.
Zabalza sigue sospechando que hay un "doble
propósito" y que la idea de la "base yanqui" está ahí. "Un galpón con
una cancha de basquetbol adentro puede ser usada para muchas cosas en
otro momento", alerta, y abre bien los ojos.
Los concejales se sonríen y prefieren no hablar del
tema. Lo cierto es que la policlínica parece funcionar bien. Tiene una
gran demanda: cerca del mediodía hay colas para atenderse, e incluso
viene gente de otros barrios. Es un edificio amplio y es de las que está
mejor equipada en la ciudad.
Allí, en la puerta de su consultorio y con un
estetoscopio en la mano, una pediatra de rostro cansado dice que ve
muchos casos de gastroenterocolitis cada semana y que eso coincide con
el hecho de que la playa de Santa Catalina está contaminada. Pero no
tiene cómo probar si hay una relación entre los dos hechos. Hace un
tiempo la policlínica hizo una campaña para que la gente no se bañe en
la playa. Pero, por lo visto, no hubo éxito.
Cuando hace mucho calor, es difícil resistirse a darse un baño. Por más que sea la playa más contaminada de Montevideo.
"Ni los mejores, ni los peores"
Los muros hablan en Santa Catalina, y muestran
cierta organización para la protesta. El "no al abuso policial" se lee
en varias paredes y paradas de ómnibus en el pueblo. "Sergio, siempre en
nuestros corazones", escribieron en un muro en el camino de entrada al
barrio. Y, frente a la escuela, dice: "No somos ni los mejores ni los
peores. Somos distintos".
¿Plaza Sergio Lemos?
Cuando el alcalde Gabriel Otero anunció la
construcción de una plaza de deportes en Santa Catalina, la reacción de
un grupo grande de vecinos fue inmediata. El espacio debía llevar sí o
sí el nombre de Sergio Lemos. Al alcalde le pareció muy buena idea. Pero
todavía no está confirmado el nombre de la plaza. Los concejales
Willman Pereyra y María Mathías dicen que hay que esperar un poco,
porque todo depende de la decisión de la Junta Departamental de
Montevideo. Y el Estado tiene sus tiempos.
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Los que se movilizan
Sonrientes, Ruben Bouza y Silvia Ledesma están
sentados en sillas de playa bajo unos pinos en el parque de Punta
Yeguas. Es lunes a media tarde y desde hace un día ellos dos están
haciendo un ayuno contra la planta regasificadora de Puntas de Sayago,
cercana a Santa Catalina.
Durante el día han pasado varios periodistas por el lugar, para entrevistarlos. Recién se fue un equipo del canal VTV y ahora es el turno de Radio Uruguay. A unos metros hay una carpa. Más allá, una bandera de Uruguay y varias pancartas que advierten que el oeste de Montevideo está "muy amenazado" por la regasificadora. Bouza dice que toman solo jugo de manzana y caldo de verdura, todo colado, hasta tres litros por día, y que están bajo control de médicos. Y hace un llamado a la reflexión sobre el dragado, que -cree- ha influido mucho en potenciar la contaminación de la playa de Santa Catalina.
Durante el día han pasado varios periodistas por el lugar, para entrevistarlos. Recién se fue un equipo del canal VTV y ahora es el turno de Radio Uruguay. A unos metros hay una carpa. Más allá, una bandera de Uruguay y varias pancartas que advierten que el oeste de Montevideo está "muy amenazado" por la regasificadora. Bouza dice que toman solo jugo de manzana y caldo de verdura, todo colado, hasta tres litros por día, y que están bajo control de médicos. Y hace un llamado a la reflexión sobre el dragado, que -cree- ha influido mucho en potenciar la contaminación de la playa de Santa Catalina.
Pero hay quienes piensan que la movida contra la
regasificadora es exclusivamente política. Eso dice, por ejemplo,
Gustavo Acuña, dueño de una ferretería de la zona, quien se afilia a la
hipótesis de que la contaminación es solo por las aguas servidas que
bajan a la playa. "Todo lo otro es política", opina el comerciante.
La gente que pasa por el monte en Punta Yeguas,
rumbo a la playa, mira a Bouza y Ledesma y sigue. No parece haber una
gran indignación popular por la regasificadora. No, al menos, como para
concentrarse y respaldar en forma masiva la medida. Alrededor de ellos
dos, hay sí cinco o seis personas que integran la coordinadora de
vecinos del oeste de Montevideo. Es gente que apoya y difunde el
ayuno. Algunos son los mismos que organizaron a fines del año pasado
movilizaciones pidiendo justicia por Sergio Lemos y contra el abuso
policial en Santa Catalina. La más importante fue una marcha desde el
Obelisco hasta la Universidad de la República. Porque, en el oeste, las
causas se mezclan.
DIEGO CASTRO01 feb 2014
La muerte de un hijo es una de las cosas más
tristes que le pueden pasar a una persona. Hugo Lemos y Graciela López
-comerciantes, dueños de una humilde barraca- pasaron por esa terrible
experiencia en la noche del 4 de noviembre. Casi tres meses después,
siguen sin poder superar aquel incidente. Y reclaman justicia, porque
creen que no alcanza solo con el procesamiento por homicidio simple del
policía que le disparó a Sergio, esa noche en que se buscaba al autor
del robo a un almacén. Otros tres policías fueron liberados.
Qué Pasa visitó a la pareja en la barraca de Santa Catalina.
Hugo Lemos: Estamos esperando que se haga justicia. Por
ahora al policía le dieron dos años por homicidio simple. Estamos
esperando que cambien la carátula para que le den más años de prisión.
Odiamos a este tipo por lo que hizo con nuestro hijo, nada más. El
policía tiene que saber cuándo disparar y cuándo no. No puede tirar a
matar. Tiene que tirar a la pierna. No tiene perdón de Dios.
Graciela López: Él implantó el arma, lo mató peor que a
un animal. Cuando lo estaba matando lo pateó en el piso, en todo el
cuerpo. Yo con los días me enteré de muchas más cosas...
Hugo: Los que realmente robaron el almacén están
libres. Nosotros no sabemos quiénes son porque nos dedicamos a laburar
todo el día acá en la barraca, pero tenemos vecinos que los conocen,
saben quiénes son. Dicen que viven en el Cerro Norte y Casabó. Incluso
nos cuentan que los han visto en la playa y todo. Esto fue una cama
porque le tenían bronca a Sergio. Mi hijo andaba en moto en la vuelta
con dos o tres amigos, hacían ruido, rompían las bolas. Y el policía
quería detenerlo, como si fuera un funcionario de la intendencia, pero
él es policía y estaba para cuidar los ómnibus y la panadería. Hay mucha
cosa tapada: implantaron el arma, taparon la sangre, está el GPS que
muestra que ellos después de matar a Sergio fueron y vinieron varias
veces para tapar las macanas que habían hecho.
Graciela: Cuando él (Hugo) fue a ver a mi hijo le dijeron que nadie le había pegado un tiro, que él estaba desmayado.
Hugo: Me querían pegar y me dijeron "señor, vaya,
salga de acá, su hijo está bien, se cayó de la moto y se desmayó. Si
quiere ir a verlo vaya al Centro Coordinado del Cerro". Si yo hubiera
sabido en ese momento que mi hijo estaba muerto, no sé qué podía llegar a
pasar.
Graciela: Es como la ropa de mi hijo, nunca la devolvieron.
Hugo: Cuando mi hijo estaba tirado en el piso,
pasaron por radio, yo lo escuché, "clave 49 y medio, casi 50" (N. de R:
en la radio policial clave 50 es persona muerta). Ya ahí sabían que él
estaba muerto y no podían trasladarlo. No podían sacarlo de la calle.
Graciela: Primero dijeron, "el pichi esta casi muerto". Y después confirmaron que estaba muerto.
Hugo: De acá lo levantaron muerto.
Graciela: No podés matar una persona así nomás. Mi hijo nunca robó, nunca estuvo armado.
Hugo: Él estaba trabajando en Fripur y me daba una
mano acá, con la barraca. Hacíamos pila de changas con los vecinos. Nos
ayudaba económicamente y, quieras o no, era una mano importante que nos
daba.
Graciela: Yo tuve que dejar mi trabajo de guardia de
seguridad para venir a trabajar acá. Y Sergio estaba guardando unos
pesitos para las fiestas, estaba contento.
Hugo: Después esto es una tortura todos los días, no
podemos dormir, es complicado. Ahora la abogada está estudiando el tema
de la demanda. No sabemos cuánto va a demorar. En marzo habrá una
reunión para saber si el ministerio está de acuerdo con la demanda, sino
habrá que seguir el juicio adelante.
Graciela: La cifra, 800.000 dólares, la puso la
abogada. Nosotros no estábamos para poner números. Por más que me den
toda la plata del mundo y me llenen la mesa, me va a faltar la silla de
mi hijo.
Hugo: Otra bronca que me da es que acá se hizo una
denuncia un par de meses antes en asuntos internos de la Jefatura para
que sacaran a este milico que mató a mi hijo. Esos tipos les pegaban a
todos los gurises que se sentaban en la vereda. Los picaban de todos
lados. Para ellos (la Policía) nosotros somos pichis. Después de todo
esto que pasó quieren que tengamos confianza en la Justicia, que creamos
en la Policía. El barrio está tranquilo. Mucha gente está preocupada
porque no se hizo la reconstrucción y no sabemos por qué no se hizo, por
más que los vecinos dijeron que se podía hacer sin problema. A él se lo
llevaron en un móvil policial, la moto también. De ahí al Coordinado
del Cerro y después al forense. Nunca nos dejaron verlo. No nos dejaron
reconocer el cuerpo, ni nos hicieron firmar ningún papel. Todo fue
irregular. Tampoco nos querían dejar velar el cuerpo. La abogada llamó y
pidió que nos dejaran. Y ahí nos dejaron, pero un par de horas nomás.
CÓMO SIGUE EL PROCESO JUDICIAL
Tras el fin de la feria judicial, la próxima semana se retoma la actuación judicial.
El policía que disparó fue procesado con prisión por
homicidio simple, pero la familia de Lemos y otros vecinos pretenden
el cambio de carátula porque consideran que fue un caso grave que
amerita más años de prisión. Los otros policías involucrados no fueron
procesados, pero sí fueron sumariados. La familia de Lemos reclama un
resarcimiento de 800.000 dólares al Ministerio del Interior.
Habitantes de Santa Catalina denuncian irregularidades en el proceso de dragado donde se instalará la regasificadora.
Rúben Bouza y Silvia Ledesma, ayer, en el Parque Punta de Yeguas. Foto: Nicolás Celaya.
Dos vecinos del oeste de Montevideo se encuentran
haciendo ayuno en protesta por la instalación de la planta
regasificadora en la zona de Santa Catalina. Mantendrán la medida hasta
el domingo, en el entendido de que se deben un debate sobre el tema y
que la lucha no debe dejar de darse por conseguir más y mejor
información sobre el emprendimiento. Ellos son Silvia y Ruben, que
instalaron una carpa en la entrada a Punta Yeguas como medida de
protesta. Darío Rodríguez, integrante de la Coordinadora de Vecinos del
Oeste de Montevideo, dijo a la diaria que el lugar fue escogido porque
desde allí se visualiza la draga que realiza trabajos frente a las
playas de Puntas de Sayago, Santa Catalina y Punta de Yeguas, que
comenzó a ser una de las preocupaciones de los lugareños desde
setiembre. “Veremos también a la gente de todas las edades que se baña
en estas playas agredidas injusta e innecesariamente. Tendremos a la
vista a nuestros empobrecidos vecinos y vecinas de todas las edades.
Entendemos que es fundamental el sitio desde el cual se observa la
realidad”, dice el comunicado que enviaron los vecinos anunciando la
medida que tomaron desde el 26 de enero.
El martes, un grupo de vecinos fue a la sede de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama), junto a uno de los abogados que los representan en el tema, con el objetivo de retirar documentación que habían solicitado. “Se la dimos a la bióloga y a la geóloga. Son muchos documentos para ver los puntos”, dijo Rodríguez.
Según explicó, la comisión de seguimiento conformada por organismos oficiales como la Dinama y el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) aún no ha convocado a los actores sociales que estuvieron involucrados. “Ellos deben hacer la convocatoria. Si está funcionando, lo está haciendo mal, porque no hemos tenido contacto. Esto debería haber estado en funcionamiento antes de que se iniciaran las obras”, señaló, y explicó que desde la Dinama les dijeron, en forma informal, que hubo reuniones.
Los vecinos denuncian que la draga está tirando sedimento a la costa, contaminando la zona oeste. “Estamos haciendo una investigación para denunciar a nivel legal sobre la existencia de contaminación”, contó Rodríguez.
La Armada Nacional es la encargada de controlar el operativo que lleva adelante la draga en las aguas de la playa de Santa Catalina. El vocero de la Armada, Gastón Jaunsolo, dijo a la diaria que “se lleva el control de dónde se mueve y la draga está operando en donde se pautó que tiene que hacerlo. En caso de que no opere en el lugar, se toman las medidas correspondientes”. Según explicó, la draga saca sedimentos del lugar establecido mar adentro y tiene lugares específicos destinados para la descarga de los residuos en el Río de la Plata. “Hay tres dragas que están operando. Dos se dedican a la extracción de barro para la construcción del muelle y otra se encuentra realizando el canal que va a unir el área de la regasificadora con el canal de acceso al puerto de Montevideo. La zona del muelle se encuentra a 1.800 metros de la costa. Las dragas que trabajan en ese sector operan a esa distancia. Mientras que la que efectúa el canal va desde el canal de acceso al puerto de Montevideo hasta donde se encuentran las otras dragas. Ésta tiene que evolucionar y dar la vuelta, y cuando da la vuelta la evolución puede llevar unos cuantos metros y podemos decir que se puede acercar a unos 900 metros de la costa”, señaló.
En relación con las zonas de descarga, Jaunsolo dijo que se encuentran al sur del puerto de Montevideo, a unos diez kilómetros. “Es un poco lejos como para que pueda afectar las playas. Hasta ahora no hubo inconvenientes con los controles. La draga se está moviendo en los lugares asignados y también los lugares de descarga son los asignados por la Dinama. Tampoco nada restringe que si por algún motivo alguna de las dragas se tenga que acercar más a la costa no pueda hacerlo, siempre y cuando sea hasta una distancia a la que no afecte a los bañistas”, agregó.
Desde el Laboratorio de Higiene Ambiental del Departamento de Desarrollo Ambiental de la IM se dijo a la diaria que en 2006 la playa tampoco estuvo apta para baños y que es una situación fluctuante. “En años anteriores hubo comunicaciones sobre no bañarse. En Santa Catalina la situación está asociada a lo climático y a las corrientes oceánicas. Nosotros no detectamos nada irregular”, se explicó.
Según se informó, los estudios se hacen sobre la costa hasta 2.000 metros mar adentro. El informe anual del programa de monitoreo de aguas de playas y costa del departamento de Montevideo, señala que en la temporada estival 2011-2012 la media geométrica de coliformes fecales para la playa de Santa Catalina tuvo sólo 2% del total de los días con un porcentaje de MG5 mayor a 1.000 ufc/100 mL. El promedio de MG fue de 340, y en ese período estuvo habilitada para baños.
Por otra parte, indican que “los valores microbiológicos de las aguas de la costa de Montevideo reflejan” el comportamiento de episodios climáticos como el de La Niña, que “en la temporada 2010-2011 tuvo características fuertes a moderadas, lo que provocó condiciones de sequía algo más fuertes que las de la temporada 2011-2012”.
Según el estudio, la calidad de las aguas, tanto del Cerro como de Santa Catalina, “está afectada por los aportes de saneamiento (directos e indirectos) que llegan a ella”.
Rodríguez explicó que el grupo de vecinos intenta “seguir la pisada de atrás de lo que viene sucediendo”. “Todo este desgaste hace que la zona se venga abajo, porque es una contradicción con la pesca artesanal. Es una puerta de entrada a una zona industrial. Se contamina y se pierde la zona agrícola. Sólo habrá fuentes de trabajo en la construcción, al no tener estudiado el impacto y las diferentes dimensiones sociales que implican la instalación de estos proyectos”, concluyó.
El martes, un grupo de vecinos fue a la sede de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama), junto a uno de los abogados que los representan en el tema, con el objetivo de retirar documentación que habían solicitado. “Se la dimos a la bióloga y a la geóloga. Son muchos documentos para ver los puntos”, dijo Rodríguez.
Según explicó, la comisión de seguimiento conformada por organismos oficiales como la Dinama y el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) aún no ha convocado a los actores sociales que estuvieron involucrados. “Ellos deben hacer la convocatoria. Si está funcionando, lo está haciendo mal, porque no hemos tenido contacto. Esto debería haber estado en funcionamiento antes de que se iniciaran las obras”, señaló, y explicó que desde la Dinama les dijeron, en forma informal, que hubo reuniones.
Los vecinos denuncian que la draga está tirando sedimento a la costa, contaminando la zona oeste. “Estamos haciendo una investigación para denunciar a nivel legal sobre la existencia de contaminación”, contó Rodríguez.
La Armada Nacional es la encargada de controlar el operativo que lleva adelante la draga en las aguas de la playa de Santa Catalina. El vocero de la Armada, Gastón Jaunsolo, dijo a la diaria que “se lleva el control de dónde se mueve y la draga está operando en donde se pautó que tiene que hacerlo. En caso de que no opere en el lugar, se toman las medidas correspondientes”. Según explicó, la draga saca sedimentos del lugar establecido mar adentro y tiene lugares específicos destinados para la descarga de los residuos en el Río de la Plata. “Hay tres dragas que están operando. Dos se dedican a la extracción de barro para la construcción del muelle y otra se encuentra realizando el canal que va a unir el área de la regasificadora con el canal de acceso al puerto de Montevideo. La zona del muelle se encuentra a 1.800 metros de la costa. Las dragas que trabajan en ese sector operan a esa distancia. Mientras que la que efectúa el canal va desde el canal de acceso al puerto de Montevideo hasta donde se encuentran las otras dragas. Ésta tiene que evolucionar y dar la vuelta, y cuando da la vuelta la evolución puede llevar unos cuantos metros y podemos decir que se puede acercar a unos 900 metros de la costa”, señaló.
En relación con las zonas de descarga, Jaunsolo dijo que se encuentran al sur del puerto de Montevideo, a unos diez kilómetros. “Es un poco lejos como para que pueda afectar las playas. Hasta ahora no hubo inconvenientes con los controles. La draga se está moviendo en los lugares asignados y también los lugares de descarga son los asignados por la Dinama. Tampoco nada restringe que si por algún motivo alguna de las dragas se tenga que acercar más a la costa no pueda hacerlo, siempre y cuando sea hasta una distancia a la que no afecte a los bañistas”, agregó.
Con olas
Una de las preocupaciones que tienen algunos habitantes de esta zona refiere a la clausura de la playa Santa Catalina en diciembre “porque el nivel de contaminación se triplicó”. “El sedimento tiene bacterias y organismos que quedan en suspensión, y las bacterias que existen se potencian. Entonces es probable que la contaminación se haya incrementado por el dragado irregular. Estamos yendo a buscar información a la Intendencia de Montevideo [IM], porque ellos dicen que es por el saneamiento”, dijo Rodríguez.Desde el Laboratorio de Higiene Ambiental del Departamento de Desarrollo Ambiental de la IM se dijo a la diaria que en 2006 la playa tampoco estuvo apta para baños y que es una situación fluctuante. “En años anteriores hubo comunicaciones sobre no bañarse. En Santa Catalina la situación está asociada a lo climático y a las corrientes oceánicas. Nosotros no detectamos nada irregular”, se explicó.
Según se informó, los estudios se hacen sobre la costa hasta 2.000 metros mar adentro. El informe anual del programa de monitoreo de aguas de playas y costa del departamento de Montevideo, señala que en la temporada estival 2011-2012 la media geométrica de coliformes fecales para la playa de Santa Catalina tuvo sólo 2% del total de los días con un porcentaje de MG5 mayor a 1.000 ufc/100 mL. El promedio de MG fue de 340, y en ese período estuvo habilitada para baños.
Por otra parte, indican que “los valores microbiológicos de las aguas de la costa de Montevideo reflejan” el comportamiento de episodios climáticos como el de La Niña, que “en la temporada 2010-2011 tuvo características fuertes a moderadas, lo que provocó condiciones de sequía algo más fuertes que las de la temporada 2011-2012”.
Según el estudio, la calidad de las aguas, tanto del Cerro como de Santa Catalina, “está afectada por los aportes de saneamiento (directos e indirectos) que llegan a ella”.
Rodríguez explicó que el grupo de vecinos intenta “seguir la pisada de atrás de lo que viene sucediendo”. “Todo este desgaste hace que la zona se venga abajo, porque es una contradicción con la pesca artesanal. Es una puerta de entrada a una zona industrial. Se contamina y se pierde la zona agrícola. Sólo habrá fuentes de trabajo en la construcción, al no tener estudiado el impacto y las diferentes dimensiones sociales que implican la instalación de estos proyectos”, concluyó.
¿Cuánto tiempo le llevó a la DINAMA cambiar la distancia de 50 metros a 500 metros para la fumigación alrededor de una escuela rural? Años”. No se sabe cuántos niños enfermaron por esa demora.
ResponderEliminarUno de los principales problemas son los embalses, que en su mayor parte se utilizan para el riego y el cultivo de arroz. En un pequeño país como Uruguay hay más de mil embalses que con el calor del verano se convierte en lugares donde crecen algas porque concentran los agroquímicos. Con las lluvias los embalses derraman sus aguas en los ríos. Todos los ríos del Uruguay, incluyendo anchísimo el Río de la Plata, están verdes de contaminación.El ganado también está siendo afectado. Un productor del centro del país, cuyas ovejas beben en el gran embalse de Rincón del Bonete, sufrió la muerte de 56 ovejas en un año, todas intoxicadas[7]. La directora de Recursos Renovables del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca reconoció que “Uruguay no tiene un diagnóstico del estado de sus aguas”, pero la misma autoridad acepta que se cultive soya a cuatro metros de lagunas, ríos y arroyos, aunque la legislación establece una distancia de ocho metros, también insuficiente[8].
Daniel Panario es director del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias y recibió en 2012 el Premio Nacional a la Excelencia Ciudadana. Es el más destacado y combativo científico del país que denuncia la contaminación hace más de 20 años. En su opinión el mejor ejemplo vinculado al agua es el del plomo.“En la década de 1940 en Inglaterra se concluyó que el bajo rendimiento de los niños en las escuelas se debía al plomo y cambiaron inmediatamente todas las cañerías. En Uruguay esto se comprobó en la década de 1970. Estamos en 2013 y todavía no se terminaron de cambiar las cañerías de plomo en Montevideo. Dicen que tienen otras prioridades y que es muy caro”[9].Además del Estado, la universidad es un obstáculo para hacer conocer la realidad a la población. “Uno no tiene total libertad para investigar temas de interés nacional. Cuando uno sale a hablar se arriesga a tener que enfrentarse con las autoridades. Hace pocos días el rector aclaró que yo hablaba a título personal y me dijo que le hacía daño a la facultad”[10].
ResponderEliminarAquí aparecen dos problemas: los académicos priorizan investigaciones que puedan ser publicadas en revistas especializadas, en general en inglés, a las que la gente común no tiene acceso. Por otro lado, las universidades dependen de convenios y fondos que provienen de diversos organismos internacionales y de empresas privadas que no tienen interés en que se conozcan críticas a los productos que venden las multinacionales.
Investigadores como Panario, pese al reconocimiento nacional e internacional, suelen ser boicoteados por los propios universitarios. Se presentó en dos oportunidades al fondo nacional de investigadores y las dos veces fue rechazado. Tuvo que apelar a instancias superiores para ser admitido. Ahora se muestra feliz ante el crecimiento del movimiento contra la minería a cielo abierto.
Un movimiento diferente
ResponderEliminarLos precios del mineral de hierro se mantuvieron estables por veinte años. En 1985 la tonelada métrica seca se pagaba a 26 dólares. En 2004 había llegado a 38 dólares para trepar a 140 en 2008. En 2009 el precio cayó a 101 dólares la tonelada, pero ahora está subiendo. No es cualquier metal, ya que el mineral de hierro representa el 95 por ciento de todos metales utilizados en la industria.
Minera Aratirí pertenece a Zamin Ferrous, grupo indio con sede en Londres. Cuenta con siete proyectos en Sudamérica, cinco de ellos en Brasil, uno en Perú y otro en Uruguay, y espera producir en todo el continente unos 50 millones de toneladas de mineral de hierro para 2013. Pero el potencial de la empresa en la región se eleva a 10 mil millones de toneladas.
En Uruguay se les concesionaron unas 110 mil hectáreas en zonas dedicadas a la ganadería extensiva y la forestación, donde realizaron perforaciones para detectar las áreas de mayor densidad de mineral de hierro. El proyecto minero tiene tres partes: la zona de explotación, el mineroductode unos 220 kilómetros hasta la costa de Rocha y la terminal de carga. En total estiman invertir 2.000 millones de dólares.
A fines de 2010 cuando el parlamento aprobó el Código de Minería los pequeños productores rurales de las localidades donde se instalará Aratirí, Valentines y Cerro Chato (180 y 3.000 habitantes cada una), comenzaron a movilizarse. En enero de 2011 comisiones de vecinos de la costa, donde se instalará el puerto para la exportación del hierro, iniciaron una recogida de firmas contra el proyecto.
ResponderEliminarDe ahí en adelante la actividad se fue intensificando. Primero asistieron al parlamento a explicar los motivos de la oposición al proyecto. Los pequeños ganaderos verían distorsionada la producción, ya sea porque serán expropiados y forzados a emigrar o por la contaminación del aire y el agua. Los habitantes de los pueblos costeros sufrirían daño en la pesca y se ahuyentará el turismo.
Luego realizaron decenas de charlas informativas en los más diversos lugares, muchos de ellos pequeños pueblos de 50 o 100 habitantes. Finalmente convocaron una primera marcha nacional en Montevideo con la consigna “No a la minería, sí a los recursos naturales”, en mayo de 2011. La empresa convocó a su vez una marcha en Cerro Chato movilizando comerciantes y trabadores. Al día siguiente los productores doblaron la cantidad de personas movilizadas, desafiando a la multinacional que también comenzó a realizar charlas informativas boicoteadas por los que se oponen a la minería.
ResponderEliminarEn julio de 2011 se creó la Confederación de Pueblos Costeros con representantes de siete pueblos del departamento oceánico de Rocha: La Paloma (3.500 hab.), Aguas Dulces (400), Punta del Diablo (800), Valizas (330), La Pedrera (200), La Esmeralda (57) y Cabo Polonio. Se oponen a la construcción de un puerto en La Paloma para la exportación de madera para las fábricas de celulosa y del puerto oceánico para el hierroEl 12 de octubre se realiza la segunda marcha nacional donde confluyen colectivos del norte, el centro, el sur y de la zona costera, integrados por productores y trabajadores rurales. Varias personalidades del arte y el espectáculo participan en un video contra la megaminería. A partir de ese momento cada región se concentra en la realización de actividades locales y se crea la Asamblea Nacional Permanente en Defensa de la Tierra y los Bienes Naturales con unos 36 colectivos de base[11].
A mediados de 2012 el gobierno confirma la construcción de un puerto de aguas profundas para la exportación de hierro, madera y otros productos cerca de La Paloma. El movimiento contra la minería realiza en agosto su primera asamblea nacional en Tacuarembó (norte) con la asistencia de 300 personas de 35 colectivos.Participan tres sindicatos, grupos indígenas, radios comunitarias, productores y trabajadores rurales. Miembros de los pueblos costeros optan por la acción directa para impedir las obras del puerto de La Paloma. El 12 de octubre se realiza la tercera marcha nacional en Montevideo con 10 mil personas, con decenas de gauchos a caballo, tractores, banderas de pueblos originarios, ambientalistas El movimiento contra la minería tiene tres características inéditas en Uruguay. La primera es que nace en el Interior profundo, en pueblos de 50 a 3.000 habitantes, luego llega a las capitales departamentales y más tarde a Montevideo, donde aún se están organizando los primeros grupos. Esto es al revés de lo que sucedió en la historia de las luchas sociales, donde casi todos los movimientos nacieron en la capital.
En segundo lugar, es un movimiento de base, asambleario y horizontal, ligado a la tierra y al territorio, que se inspira en las identidades populares rurales y no en las tradiciones sindicales y de la izquierda, aunque ellas están integradas pero no de manera hegemónica. El discurso y el lenguaje invocan las luchas por la Independencia lideradas hace 200 año por José Artigas y hacen hincapié en todo lo que se relacione con la tierra.La tercera es que el movimiento ha rechazado hasta ahora su institucionalización. Las ONGs están acotadas. Los partidos políticos se mantienen en silencio. Pero lo más interesante es que no se ha optado por el camino del referendo nacional, la modalidad que adoptaron parar todos los grandes movimientos uruguayos desde la recuperación de la democracia, empezando por el de los derechos humanos.Hay colectivos locales que recogen firmas para realizar referendos departamentales, pero se ha optado por evitar un referendo nacional luego de extensos debates. La experiencia de más de 20 años indica que ese camino conduce a la desarticulación del movimiento, ya que la voluntad popular es vulnerada por los que tienen capacidad para hacer publicidad millonaria en los grandes medios de comunicación.Ha nacido el primer movimiento social bajo un gobierno progresista. Cuestiona de modo frontal el modelo extractivista y la contaminación del agua le da argumentos potentes ante la población.Como dijo Panario reflexionando sobre las consecuencias del huracán Sandy en New York y el debate sobre el cambio climático: “Tiene que ocurrir una catástrofe para que la población tome conciencia”.
ResponderEliminar[Raúl Zibechi es analista internacional del semanario Brecha de Montevideo, docente e investigador sobre movimientos sociales en la Multiversidad Franciscana de América Latina, y asesor a varios grupos sociales. Escribe el "Informe Mensual de Zibechi” para el Programa de las Américas
Recursos
ResponderEliminar“Aguas de marzo. Agroquímicos y potabilidad”, Brecha, 22 de marzo de 2013.
Asamblea Nacional Permanente en Defensa de la Tierra y los Bienes Naturales/
http://endefensadelatierraylosbienesnaturales.noblogs.org/
Cirio, Ignacio, “Efectos colaterales”, video, Radio Mundo Real, 2012, en
www.radiomundoreal.fm/rmr
Movimiento por un Uruguay Sustentable (MOVUS)
: http://movusuruguay.org/
Observatorio Minero del Uruguay:
http://www.observatorio-minero-del-uruguay.com/
OSE (Obras Sanitarias del Estado):
www.ose.com.uy
Santos, Carlos, ¿Que protegen las áreas protegidas?, Montevideo, Trilce, 2011.
Zibechi, Raúl “Los condenados rompen el silencio”
, Programa de las Américas, 12 de enero de 2012 en
http://www.cipamericas.org/es/archives/6003
Zibechi, Raúl “Las penas son de nosotros. La conformación de un nuevo bloque de poder en Uruguay”, en Gariela Massuh, Renunciar al bien común, Mardulce, Buenos Aires, 2012.
Zibechi, Raúl, Entrevista a Daniel Panario, Montevideo, 8 de abril de 2013.
[
Asimismo, el gobierno de Tabaré Vázquez ha privilegiado el pago de la deuda externa y las inversiones extranjeras en vez de adoptar un criterio nacional y latinoamericano de promover la función del Estado como impulsor del desarrollo, dejándolo sin capacidad real de inversión para apoyar políticas (de carácter democráticas) de reforma agraria, estructuras no capitalistas de producción, políticas sociales
ResponderEliminarPor otro lado, el gobierno no consideró necesario tocar el aparato represivo creado y formado por la clase dominante y el imperialismo, ni tampoco promover la anulación de la ley de impunidad, pese a contar con la cantidad suficiente de legisladores para anularla por vía parlamentaria.
Buena parte de los militantes jóvenes, dieron un gran impulso a la Campaña por el voto para anular la Ley de Caducidad,Madres y Familiares de Detenidos- Desaparecidos en la figura emblemática de Luisa Cuestas, realizó un llamado a redoblar esfuerzos para lograr anular esta ley inmoral.
Están en algún sitio/nube o tumba. Están en algún sitio/ estoy seguro.
Mario Benedetti.
No se dejen engañar una vez más, no escuchen los cantos de sirena de una nueva traición que ya se está gestando.
ResponderEliminarHay que pensar muy bien las cosas antes de volver a caer en la trampa.
Aca un único derrotado es el el "progresismo" saboteó el plebiscito de la ley de impunidad.-el pueblo, los muertos y desparecidos, los familiares.
Pero piensen un poco con su propia cabeza: Con la derrota de la papeleta rosada ¿quién perdió realmente?Ganó el Frente Amplio, ganó el MPP, ganaron sus aliados y ganaron quienes les dieron una mano para el triunfo. ¿por qué no se puso ese mismo aparato para el triunfo de la papeleta rosada?
Que se lo pregunten los familiares: ¿Cómo pudo haber ganado el Frente y perdido el Si?Y eso tiene una respuesta perdió el Si, . No todos perdieron con el Si. Sirven para llegar a la banca. Sirve mucho más que la lucha de clases, que la huelga, la ocupación, que el laburo Jamás podrán explicar cual es la razón por la cual gana el Frente y en cambio perdió el voto por el Si .Pierde la propuesta por el SI, pero triunfa el que la impulsa.
¿Quién se hace responsable ahora de este fracaso?el "progresismo" saboteó el plebiscito de la ley de impunidad.-cuando aparecieron en los sobres muchos votos de los partidos tradicioneas,PIENSE
Verdad y Justicia! ahora!!!!!!!!!!!!!
Dos vecinos integrantes de la "Coordinación de Vecinos del Oeste" iniciaron un ayuno, haciendo un llamado a reflexionar sobre, la irresponsabilidad de las autoridades de permitir actividades que se desarrollan de manera irregular. como el dragado, con los riesgos que ello implica.
ResponderEliminarLA REGASIFICADORA no tiene permiso social
No obstante, seguimos reafirmando los diferentes cuestionamientos, del proceso, la precariedad del estudio de impacto ambiental y social, la falta de transparencia, falta de participación, y las metodologías clientelares.
Las presiones políticas a la DINAMA, la persecución y exclusión de técnicos que no hacían los estudios favorables a las empresas.La practica mercenaria de la empresa en el territorio ofreciendo beneficios económicos, que no se desprenden del estudio de impacto ambiental, sino entran dentro de una lógica de captación social para manipular las posturas frente al proyecto, aprovechando las necesidades, con el único fin de conseguir la disgregación y la fragmentación social.
No hemos recibido ninguna respuesta de las diversas observaciones que hemos realizado. No hemos recibidos ni noticias de la comisión de seguimiento que se anuncio, donde los actores deberían tener participación.Siguen ocultando tanto el estudio de la consultora FOSTER, como el propio contrato.
Somos vecinos, trabajadores, nuestra motivación es la conciencia de proteger la salud de nuestras familias, de nuestra comunidad y el ambiente de nuestro territorio que están directamente relacionados.Estos proyectos no ven ni las comunidades en donde se instalan, ni el ambiente que degradan, el único argumento para instalarse es de carácter empresarial primando este factor sobre la vida y salud de los habitantes.No existe debate serio, sobre el modelo energético, ni el modelo productivo, pero avasallan con máximas, de promesas que no son reales, son hipótesis, que dependen de las variables del mercado y de las políticas de administración de recursos, ya que no es directamente proporcional que las ganancias de una empresa se vea reflejado en una mejora de la calidad de vida del pueblo uruguayo como se promete.
No solo es cuestionable hacia dónde va esta inversión, hacia qué modelo de país, sino que el propio proceso nos habla de un avasallamiento de los derechos humanos, negligencias, clientelismo, ocultismo y manipulación. Lo acelerado con lo cual se quiere concretar este proyecto pone en riesgo diversas dimensiones de la sociedad, la economía, la salud, el ambiente, lo productivo, la alimentación, los recursos y en definitiva la soberanía y la calidad de vida del pueblo uruguayo.
MENTIRAS Y MÁS MENTIRA
ResponderEliminarEL FA SIGUE, cumpliendo con los compromisos con la banca financiera internacional, con el BM, FMI, con el BID, entiéndase con todo lo que es el sangrar a la sociedad uruguaya para cumplir con esos compromisos.
El gobierno del F.A ha profundizado el camino privatizador y neocolonialista
REGASIFICADORA
ResponderEliminarLa Red de Economistas de Izquierda del Uruguay (Rediu) cuestionó la conveniencia de instalar una planta regasificadora en la bahía de Montevideo.
De acuerdo a un documento que elaboró esta corriente de expertos y al que accedió la única explicación racional” de que la utilización de gas natural se destinará a la generación de energía eléctrica “está completamente sobredimensionada”.En ese sentido, sostienen que teniendo en cuenta el crecimiento de la demanda total de energía eléctrica hasta 2020 y considerando los anuncios oficiales acerca de aumento de la oferta de energías renovables (biomasa y eólica), la demanda de origen térmico “está muy lejos de justificar el enorme costo de esta instalación”. El Poder Ejecutivo adjudicó en mayo a la firma GDF Suez la construcción y operación de una planta regasificadora por un período de 30 años con una inversión de US$ 1.125 millones.
De todas formas, el contrato de obra con esta empresa aún no fue firmado A esto hay que sumarle unos US$ 80 millones del dragado de la zona de Puntas de Sayago y la construcción de un gasoducto que estarán a cargo del Estado. “Si agregamos a esto la superestructura técnica y administrativa que insume el proyecto, el total de costo por encima de los US$ 14 millones mensuales no baja de US$ 100 millones”, En otro pasaje del trabajo, se sostiene que la finalidad de este emprendimiento estaría “vinculado al suministro de energía barata para desarrollar el proyecto” de la minera Aratiri
. “Si la información disponible es correcta, las autoridades uruguayas están a punto de cometer un carísimo error”, alertan. La Rediu indica que para el 1º de enero de 2016 el país tendrá 1.346 Megavatios (MW) de energía eólica instalada que producirán 4.700 GWh en un año.
A esto hay que sumarle otros 1.100 GWh de biomasa. Basado en proyecciones de un crecimiento de la demanda de energía de 3,53% por año, UTE no necesitaría más generación térmica hasta el 2020.
Por su parte, en otro pasaje del documento de la Rediu, se recuerda que Argentina tiene reservas técnicamente recuperables de gas de esquistos (shale gas) “para muchos años. Y se está trabajando para extraerlo en cantidades suficientes para consumo interno y exportación”, advierte. Añade que si se confirman las proyecciones actuales, el país vecino podría acceder a estos yacimientos en un período de 3 a 5 años, por lo que no importará gas de Uruguay.
regasificadora08 07 13 Documento de la REDIU versión final-1
REGASIFICADORA / GENERADORA / MINA / PUERTO.
ResponderEliminarEl proyecto depredador de ARATIRÍ, cuya esencia es la extracción rápida del mineral de hierro que existe en el país y que nos pertenece legal y moralmente, sin dejarnos prácticamente nada, necesita tres grandes infraestructuras: Un puerto de aguas profundas en la zona Este del país, una planta de generación eléctrica a gas natural y una planta que regasifique el gas natural que una empresa financiada con dineros públicos pero gestionada en forma privada (Gas Sayago) compre en los mercados internacionales. De paso, el gas natural que podría regasificar dicha planta sería base para la instalación de otras industrias intensivas en el uso de energía, eventualmente instaladas al amparo de la total desgravación impositiva y los subsidios de todo tipo que el actual gobierno, impulsan. Industrias que depredan el medio ambiente pero por sobre todas las cosas la economía nacional.La regasificadora de Puntas de Sayago (o cabría decir de Santa Catalina) costará tanto dinero que los jerarcas oficiales se ven obligados a mentir sistemáticamente cuando se refieren al tema. Hablan de 1125 millones de dólares. Pero por otro lado afirman que costará 14 millones de dólares mensuales durante 20 años, o sea 3.360 millones. Un liceo de DIEZ MIL METROS CUADRADOS por mes durante 20 años.Lo más grave es que ni siquiera teniendo en cuenta el consumo previsto de ARATIRÍ el país necesitará suficiente energía eléctrica de origen térmico para justificarla.EN EFECTO: de acuerdo a los propios dichos de los jerarcas para 2016, cuando la misma estaría operando, el país contará con generación hidroeléctrica, eólica y a partir de biomasa (esencialmente UPM y Montes del Plata) ampliamente suficientes para cubrir las necesidades nacionales. Eventuales faltantes serán cubiertos con generación térmica en base a la capacidad generadora existente mediante gasoil y fueloil.Para justificar lo injustificable se habla de exportarle a Argentina. Y sucede que Argentina poco antes o poco después de ese año habrá desarrollado sus gigantescos depósitos de gas de esquistos (shale gas) y será un gran exportador de gas natural.
LA REGASIFICADORA DE PUNTAS DE SAYAGO NO ES MÁS QUE OTRO MODO DE SUBSIDIAR A COSTA DE LOS DINEROS PÚBLICOS UNO O MÁS EMPRENDIMIENTOS DEPREDADORES QUE EL CAPITAL MULTINACIONAL IMPONE A LOS GOBIERNOS DÓCILES A SUS MANDATOS.
(Dejamos para el estudio de científicos en materia de riesgos de accidentes, la evaluación de los alcances virtuales de posibles explosiones de buques o camiones transportadores de gas en puntos geográficos densamente poblados, como así también la eventualidad de serios perjuicios sobre el recurso pesquero, la pesca artesanal, las playas y una vasta y rica reserva de vegetación y fauna autóctonas, patrimonio no solamente del oeste de la ciudad, sino de todo el país. Los avances en la implementación de la regasificadora, se producen sin que haya aún una evaluación de impacto socio-ambiental que le corresponde realizar a la DINAMA).
COLECTIVO DE LUCHA POR LA TIERRA
Junio / Julio de 2013